Estos días han sido complicados para muchos—de pronto nos llenamos de emociones por una noticia que vimos, alguna publicación en redes sociales, o simplemente recordamos nuestra vulnerabilidad como seres vivos. Ahora, muchos empiezan a regresar a la nueva normalidad, la cual no es tan normal como quisiéramos, pero de momento es lo que hay y solo nos queda aceptarlo.
Regresar a esa “nueva normalidad” ha sido incómodo para algunas personas que nos escriben al correo de Sei, por lo que queremos hablar un poco de eso.
Las emociones son la cosa más natural de un ser humano.
Lo más importante de las emociones es aceptarlas. Esto quiere decir que el desgaste o sufrimiento que nos pueden llegar a generar, es en gran medida por nuestra intención de negarlas, esconderlas o cambiarlas. Dicho eso, el primer paso en esta nueva normalidad es aceptar si es que tenemos miedo, aceptar si es que tenemos angustia y saber que esto es normal. Las emociones son la cosa más natural de un ser humano.
Una vez aceptadas, entonces podemos trabajar con ellas. El trabajo es principalmente observando qué es lo que sentimos, dejando que exista en nuestro cuerpo o donde sea que las sintamos, y llevando ahí la atención.
Una vez que la identificas y la traes a la conciencia, entonces ya puedes tomar una decisión con claridad.
Por ejemplo: si tienes miedo a salir a la calle, puedes analizar tus opciones y ver si se puede evitar de momento la salida. Si es así, ahí está tu respuesta hasta que sientas más tranquilidad al respecto. Si no es así y la vida te demanda que salgas a trabajar—o a lo que sea que tengas que hacer—lo primero es ver con claridad qué está en tu poder para hacer que esa salida sea lo más segura posible.
Ya que tienes eso, lo implementas, haciendo conciencia de que “ya estás haciendo lo mejor que puedes hacer al respecto”.
En ocasiones suena infantil, pero las emociones solo quieren ser escuchadas y en cuanto lo haces con conciencia, estas dejan de “pesarte”.
Tal vez existe el caso de alguien que tiene que salir a la calle y no puede tomar muchas precauciones, entonces aceptar esa realidad de manera consciente es lo queda, pues pelear con el universo en nuestra mente solo nos lleva al cansancio o agotamiento y eso justamente baja las defensas.
Si te sientes list@, también puedes utilizar este cambio para practicar el mindfulness durante tu día, pues tendrás que ser mucho más “mindful” de cada acto de tu cuerpo: como llevarte las manos a la cara, tocar las superficies de un lugar, etcétera. En este caso, la idea es que antes de hacer cada cosa pienses conscientemente:
“Voy a lavarme las manos”
“Voy a pedir el elevador”
“Me estoy subiendo a estas escaleras eléctricas sin tocar el barandal”
De esa forma evitarás la compulsividad de poner las manos donde no debes y, más que nada, estarás reforzando de manera intensa tu capacidad de actuar conscientemente y fuera de compulsión—lo que llamamos “piloto automático”.
Al inicio es complejo entender esto, pero finalmente cada uno tiene el derecho de vivir en calma, plenitud y alegría aunque existan emociones de miedo, angustia, culpa y demás, y eso sucede cuando dejas de luchas con ellas.
Que pronto estemos todos de vuelta abrazando a nuestros seres queridos sin ninguna preocupación. Nosotros aquí en Sei estamos para ustedes siempre.